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El CFO se convierte en líder de la transformación digital

11/04/2024
David Bollero

A nadie se le escapa el entorno desafiante al que se enfrentan las empresas hoy en día. En los últimos años, el escenario macroeconómico se ha vuelto extraordinariamente volátil, sujeto al impacto de factores inesperados. Desde una pandemia, a tensiones geopolíticas, conflictos bélicos e, incluso, la crisis climática (sequías, huracanes…) hacen temblar economías enteras. En esta coyuntura, el papel que juega el director financiero se ha vuelto aún más crucial para cualquier organización. Y no sólo lo sabe, sino que actúa en consecuencia.

Durante la última década, los expertos han destacado cómo ha evolucionado el papel del responsable de TI (CIO) en las empresas, adoptando un rol con mayores capacidades de negocio y cobrando peso en el Consejo de Dirección. El alineamiento de las TI con el negocio se ha convertido en un requisito indispensable para que la competitividad no decaiga.

Sin embargo, asumida esta ampliación de capacidades del CIO, no se ha prestado la debida atención a otra evolución sin la cual, ese alineamiento de las TI no podría haberse consumado con éxito. Nos referimos a la experimentada por el director financiero (CFO), que no sólo ha encontrado en la tecnología un aliado, sino que de manera proactiva tira de las riendas de la digitalización de su organización.

Nuevos retos, nueva empresa 

Un reciente estudio de Gartner revela que a la cabeza de las prioridades de los CFOs para este año se encuentra liderar los esfuerzos de transformación digital en el área financiera, lo que a la postre repercute positivamente en toda la organización. El responsable de Finanzas es cada vez más consciente de que la digitalización es una de las palancas indispensables en la que apoyarse para desenvolverse en su día a día.

No se trata únicamente de responder a los retos anteriormente mencionados, sino también a los que trae consigo la adopción de estrategias ESG, en las que para cumplir con los compromisos en materia medioambiental, social y de gobernanza se precisa de unas mayores capacidades analíticas y de información en tiempo real. Estrechamente ligado a ello se suman, además, los cambios legislativos a los que es preciso adaptarse, tales como la Directiva sobre Información Corporativa en Materia de Sostenibilidad (CSRD) de la Unión Europea o la Ley Crea y Crece en España, cuya publicación se espera para antes del próximo verano.

La función del CFO ha adquirido tal transversalidad que, incluso, puede llegar a jugar un papel protagonista en la atracción y retención de talento, precisamente, en un momento en el que más escasea. Las nuevas generaciones incorporan a las organizaciones nuevas formas de trabajar, incluso de conciliar, que enriquecen la cultura empresarial. Sin embargo, poder dispensar esa experiencia de empleado requiere de una transformación digital en la que el CFO tiene mucho que decir.

Receta para la digitalización

La base del éxito para un CFO es la información. No es algo nuevo, siempre ha sido así, pero en el contexto actual requiere de mucha más información y, además, en tiempo real. Estos requisitos implican una ingesta de datos y unas capacidades analíticas para procesarlos inasumibles mediante los procesos manuales convencionales. Así pues, se precisa una automatización de los procesos financieros que sienten los cimientos sólidos de la empresa, garantizando el cumplimiento normativo, la óptima asignación de recursos y la excelencia competitiva.

A la hora de adoptar esta transformación digital, es importante prestar atención a tres cuestiones fundamentales:

  • Optimización de los procesos. Antes de acometer cualquier proyecto de automatización es importante evaluar la idoneidad de los procesos ya establecidos y su margen de mejora contando con la tecnología disponible. Automatizar un proceso ineficiente no hará más que automatizar ineficiencia, no se producirá mejora alguna. En este mismo sentido, es crucial tener claros los conceptos más básicos, como contar con un proceso depurado de cuentas por pagar antes de abordar las compras, por ejemplo.
  • Eliminación de los silos de información. Uno de los males endémicos del departamento de Finanzas es la dispersión de los datos, lo que dificulta notablemente el cruce de información y, por tanto, obtener la fotografía completa de la situación. De hecho, según un estudio reciente de E&Y, un 60% de los responsables de Finanzas afirma que sus datos ESG se reparten en un mosaico de aplicaciones, muchas de las cuales ni siquiera se conectan entre sí. Así pues, es importante conseguir democratizar el acceso de la información –con la salvaguarda de políticas de acceso-. Con ello, no sólo se facilitará la automatización de los procesos sino que, además, se resolverán más rápidamente las incidencias y se acelerará la toma de decisiones.
  • Gestión del cambio. Unos de los grandes cambios experimentados en el rol del CFO es que su figura ya no se asocia únicamente con números, sino con personas. De esta manera, en su liderazgo de procesos de transformación digital el responsable financiero ha de contar con los equipos de principio a fin. Implicar a la plantilla en estos procesos de digitalización no sólo acelerar la curva de aprendizaje y adopción de la tecnología, sino que mejora los procesos con las aportaciones de quienes la utilizan diariamente.

Tecnología por y para la gente

Una de las tecnologías emergentes que con más fuerza está irrumpiendo en las organizaciones es la Inteligencia Artificial (IA) generativa. En cierto modo, nos encontramos en el comienzo de todo cuanto puede aportar esta tecnología, por lo que es recomendable hacer una llamada a la cautela, huir de cantos de sirena o augurios catastrofistas y centrar las expectativas. La IA está llamada a ampliar y potenciar nuestras capacidades, en este caso, las del área financiera, pero ni será la que resuelva en último extremo los retos empresariales ni mucho menos reemplazará a las personas.

Disponer de información en tiempo real sobre el rendimiento, los riesgos y las oportunidades de los ciclos financieros es uno de los grandes beneficios que proporciona la IA al CFO, que ha de adoptar esta tecnología como una herramienta más de trabajo. El tándem de automatización e IA libera recursos a unos niveles inéditos en la organización, aportando una mayor visibilidad de la empresa y ampliando extraordinariamente el espacio para la generación de valor. El CFO es consciente de ello y ya ha asumido su liderazgo en esa transformación digital que integra las estrategias financieras con los avances tecnológicos, impulsa la eficiencia y permite la toma de decisiones basada en datos.

Author Bio

David Bollero

David es periodista y lleva desde finales de los años 90 escribiendo sobre ciencia y tecnología para diversas publicaciones. Durante este tiempo, ha podido ver de primera mano la evolución del impacto de los avances en la sociedad. Convencido de que más crucial si cabe que la tecnología en sí es el uso que se hace de ésta, trata de poner su punto de mira en esa dirección.

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